La Niña Asesina (ver2.1)
(Las primeras páginas de mi segunda novela)
MI PRIMER AMOR
Llevaba varias semana en la ciudad de Lustra pues me habían enviado a hacer unos trabajos allí.
El punto: mi amada. La vi por primera vez por la tarde en una plaza llena de árboles y edificios. Todos los paisajes de la ciudad de Lustra están conformados por edificios y por lo mismo, los que planearon esta ciudad, se encargaron de llenarla de árboles y plantas, enredaderas y fuentes de agua por todos lados. Desde el centro de la ciudad pude ver por fin la belleza de sus ríos que salen desde allí mismo. La ciudad tiene un sistema subterráneo que bombea agua de distintas partes del planeta hasta el centro de la ciudad, de donde salen 12 ríos que la atraviesan desde su centro hasta sus afueras. Los ríos salen del centro de la ciudad y la atraviesan en todas las direcciones; desde el centro, los ríos parecen tentáculos de un pulpo gigante de 12 tentaculos. Pareciera en realidad que la ciudad esta flotando en el agua y hasta algunas casas y hoteles tienen el piso traslúcido de donde se pueden ver los rios pasar por debajo con luces alumbrándolos.
En la plaza donde vi al amor de mi vida (por lo menos eso pensaba) por primera vez, había también 3 fuentes de agua y mucha gente caminando de lado a lado saliendo y entrando de entre los hermosos callejones floreados que conformaban los alrededores. Era la hora de la comida y los restaurantes estaban llenos a más no poder. La habladuría de la gente llenaba el ambiente y la música suave de los restaurantes y tiendas se mezclaban la una con la otra.
Mi amada estaba caminando de espaldas. No le pude ver la cara. Estaba vestida con una minifalda blanca de holanes y una camisa de botones y manga larga de color azul muy ajustada. Su cabello era casi lacio hasta poco antes de llegarle a los hombros, pues allí, un gran rizo en las puntas de todo su cabello se enrollaba esponjosamente hacia adentro apuntando a su cuello delgado y pálido. Su complexión era fina, ella era bastante delgada pero tenía las piernas gruesas. Se notaba a simple vista que era bajita de estatura y sin exagerar, su piel brillaba como si estuviera cubierta con nácar como el de las perlas.
La chica caminaba en direccion a un puente que cruzaba uno de los 12 ríos. Dicho puente cruzaba de la plaza donde yo me encontaba a un área de viviendas y callejones llenos de flores y balcones románticos.
Me acerqué a ella. Quería a lo mejor hablarle o no sé, al menos ver su rostro... pero a la vez no tanto… ya explico. Me enamoré de ella al instante. Por eso no era necesario verle la cara ni conocerla. Me enamore de ella Justo en el instante en que la vi caminando de espaldas. Así, sin verle el rostro. Me Me enamoré profundamente por vez primera. Sabía que eso que sentía era amor de verdad porque entiendo que es fácil enamorarse de alguien a quien ya conoces desde hace tiempo. Es fácil enamorarse de alguien que ves a diario. pero no es tan común enamorarse de alguien que no conoces. Puede ser que alguien que acabas de conocer te guste mucho, que quieras simplemente tener sexo con esa persona pero nada mas. Si no conoces a esa persona y sientes que puedes dar la vida por ella (o el) pues eso es amor verdadero.
Me encontraba muy confundido. Quería, quizás, verle la cara pero al mismo tiempo no quería hacerlo. Por eso no acelere mucho mi paso. Solo un poco.
Mientras la seguía, en una ocasión hasta me detuve de golpe. No quería verle la cara y desenamorarme tan rápidamente. Era muy pronto. No quería traspasar esa línea. Esa línea que hace que uno de repente se desenamore.
sé que suena estúpido queme haya enamorado asi nada mas. Eso es lo que me dijeron las personas a quien intente contarle esta parte de mi historia. Pero mas estúpido debe sonar (para los que no saben del amor) que asi de fácil puedo desenamorarme. Solo por verle el rostro… conocerla… escuchar su tono de voz.
Eso no importa. Y sobre lo que sentí en esos momentos por ella, yo estaba en lo correcto. A esa chica la ame, la amo tanto que hubiera dado la vida por ella en ese instante de haber sido necesario.
Mi amada subió las escaleras de el puente y en ese momento paso un milagro; de esos milagros que solo suceden si pasas mucho tiempo cerca de una persona. Al ella subir las escaleras, pude ver su ropa interior. pantaletas azules. Yo no pedí esto. Yo no pedí ver su ropa interior. Sé que fue sexy y todo pero no era necesario. Estuvo de más. Yo que no sabía si de verdad quería verle la cara y ahora le había visto la ropa interior. Me sentí sucio, invasor.
Un grupo de gente, músicos de alguna banda grande o más bien de una orquesta, venían también cruzando el mismo puente en sentido contrario y ella paso entre ellos a empujones. Para cuando me decidí a verle la cara definitivamente, era demasiado tarde. La perdí entre la gente y los callejones.
Desesperadamente comencé a correr buscándola entre las calles y pasillos, restaurantes lujosos y barras sencillas de la ciudad, pero no la encontré. Mi corazón latía de la emoción y fatiga y me daba miedo de repente encontrarla de frente a la vuelta de una esquina y no saber qué hacer. Quizás quedarme paralizado y no decir nada…o sonreírle.
Que hermosos esos minutos. Que emocionantes.
Y no. no la encontré. Y no. no me sentí triste... no mucho. Nuestra historia de amor era perfecta.
Esa noche no pude dormir. Solo pensaba en ella y me cuestionaba si en verdad quería conocerla. No quería desilusionarme. A lo mejor, pensaba, era mejor largarme de la ciudad de Lustra y dejar nuestra historia de amor intacta y sin manchas.
Pero por otro lado me daba mucha curiosidad. Quería a lo mejor traspasar la línea esta vez. Correr el riesgo con la expectativa de que quizás podría llevar nuestra hermosa relación un paso más allá. Si… tenía ganas de ponerme en riesgo. De poner en riesgo algo tan hermoso. Averiguar su nombre y a lo mejor enterarme que tiene novio, que le gusta matar gatitos bebes, que se yo, enterarme de cosas que es mejor no enterarme.
Por otro lado si no la veía nunca más, por lo menos sabría que la ame, me repetía.
Pero ya un dolor en mi pecho me empujaba a no quedarme así. Era esa estúpida línea. La línea que uno no debería de traspasar. La línea que siempre está un poco más allá de donde debería estar. Un poco más allá que el largo de las manos. Esa línea que uno siempre quiere atravesar para luego arrepentirse. No sabia... es decir, quería ver, no sé, su vagina. quería verla desnuda para verla vestida de piel blanca, perla monocromática con solo algunas líneas dibujadas en ella para luego desear mejor no haberla visto desnuda Para luego desear que se vistiera rápidamente para verla vestida y seguir deseando verla desnuda.
Verle los senos para luego no querer verlos, para luego querer verlos de nuevo ya que estaría muy arrepentido de habérselos visto en primera instancia. Es lo normal.
Vamos, quería hacerla mi pareja. Y al verla desnuda en la casa.
Decidí verla. Pero también decidi que si la veía y la conocía, le pediría que no me hablara. Que se quedara callada. Si no accedia, le advertiria que simplemente ignoraría todo lo que me dijera. Seamos realistas. Como están las cosas, no muchas cosas buenas saldrían de su boca y no quería desenamorarme de ella asi de fácilmente por culpa de el universo cruel.
Perfecta. Así la amaba. ¿Quien no ama a una mujer perfecta?
Pero entonces la vi de nuevo. En la misma plaza 3 días después. Esta vez estaba metida en una de las fuentes de agua jugando. Entendí que probablemente era muy joven para mí. Aquí vamos, me dije… ha comenzado el desencanto. La chica Tenía la misma ropa del otro dia y estaba mojada completamente. La minifalda a holanes estaba mal puesta, estaba enrollada en un lado y se le veían todas las nalgas. Yo no pedí eso. Definitivamente quería conocerla un poco mas. Pero esto era demasiado. Yo solo me encontraba en la plaza tomándome un café donde siempre desayuno. Su pantaleta estaba metida entre su vagina y nalgas mostrando curvas y voluptuosidades esponjosas de carne que se asomaban como queriendo escaparse. No tenía vellos púbicos. Me dieron ganas de llorar.
La chica se resbalo y me acerqué rápidamente a ayudarla a levantarse pero cuando llegué, ya se había reincorporado y se reía a carcajadas. Le vi la cara. Y sin darme cuenta, asi pase otra línea. No… Yo no quería esto, en verdad.
Era hermosa. Ojos grandes y color café claro. Me sonrió y me tendió la mano para que la ayudara a salir de la fuente. Tenía un raspón en la rodilla y la sangre le salía en rizos mezclada con el agua que la cubría. Si, era muy joven, demasiado joven para mi. Tenía los senos acabados de desarroyar. Cai en cuenta que había ya rápidamente traspasado varias líneas que yo no quería traspasar y ahora estaba más seguro de mi amor por ella. Nada de lo que había pasado hasta ahora me había desenamorado. Pensé por un momento que su juventud era un problema pero la verdad me di cuenta que no me importaba.
Llevaba varias semana en la ciudad de Lustra pues me habían enviado a hacer unos trabajos allí.
El punto: mi amada. La vi por primera vez por la tarde en una plaza llena de árboles y edificios. Todos los paisajes de la ciudad de Lustra están conformados por edificios y por lo mismo, los que planearon esta ciudad, se encargaron de llenarla de árboles y plantas, enredaderas y fuentes de agua por todos lados. Desde el centro de la ciudad pude ver por fin la belleza de sus ríos que salen desde allí mismo. La ciudad tiene un sistema subterráneo que bombea agua de distintas partes del planeta hasta el centro de la ciudad, de donde salen 12 ríos que la atraviesan desde su centro hasta sus afueras. Los ríos salen del centro de la ciudad y la atraviesan en todas las direcciones; desde el centro, los ríos parecen tentáculos de un pulpo gigante de 12 tentaculos. Pareciera en realidad que la ciudad esta flotando en el agua y hasta algunas casas y hoteles tienen el piso traslúcido de donde se pueden ver los rios pasar por debajo con luces alumbrándolos.
En la plaza donde vi al amor de mi vida (por lo menos eso pensaba) por primera vez, había también 3 fuentes de agua y mucha gente caminando de lado a lado saliendo y entrando de entre los hermosos callejones floreados que conformaban los alrededores. Era la hora de la comida y los restaurantes estaban llenos a más no poder. La habladuría de la gente llenaba el ambiente y la música suave de los restaurantes y tiendas se mezclaban la una con la otra.
Mi amada estaba caminando de espaldas. No le pude ver la cara. Estaba vestida con una minifalda blanca de holanes y una camisa de botones y manga larga de color azul muy ajustada. Su cabello era casi lacio hasta poco antes de llegarle a los hombros, pues allí, un gran rizo en las puntas de todo su cabello se enrollaba esponjosamente hacia adentro apuntando a su cuello delgado y pálido. Su complexión era fina, ella era bastante delgada pero tenía las piernas gruesas. Se notaba a simple vista que era bajita de estatura y sin exagerar, su piel brillaba como si estuviera cubierta con nácar como el de las perlas.
La chica caminaba en direccion a un puente que cruzaba uno de los 12 ríos. Dicho puente cruzaba de la plaza donde yo me encontaba a un área de viviendas y callejones llenos de flores y balcones románticos.
Me acerqué a ella. Quería a lo mejor hablarle o no sé, al menos ver su rostro... pero a la vez no tanto… ya explico. Me enamoré de ella al instante. Por eso no era necesario verle la cara ni conocerla. Me enamore de ella Justo en el instante en que la vi caminando de espaldas. Así, sin verle el rostro. Me Me enamoré profundamente por vez primera. Sabía que eso que sentía era amor de verdad porque entiendo que es fácil enamorarse de alguien a quien ya conoces desde hace tiempo. Es fácil enamorarse de alguien que ves a diario. pero no es tan común enamorarse de alguien que no conoces. Puede ser que alguien que acabas de conocer te guste mucho, que quieras simplemente tener sexo con esa persona pero nada mas. Si no conoces a esa persona y sientes que puedes dar la vida por ella (o el) pues eso es amor verdadero.
Me encontraba muy confundido. Quería, quizás, verle la cara pero al mismo tiempo no quería hacerlo. Por eso no acelere mucho mi paso. Solo un poco.
Mientras la seguía, en una ocasión hasta me detuve de golpe. No quería verle la cara y desenamorarme tan rápidamente. Era muy pronto. No quería traspasar esa línea. Esa línea que hace que uno de repente se desenamore.
sé que suena estúpido queme haya enamorado asi nada mas. Eso es lo que me dijeron las personas a quien intente contarle esta parte de mi historia. Pero mas estúpido debe sonar (para los que no saben del amor) que asi de fácil puedo desenamorarme. Solo por verle el rostro… conocerla… escuchar su tono de voz.
Eso no importa. Y sobre lo que sentí en esos momentos por ella, yo estaba en lo correcto. A esa chica la ame, la amo tanto que hubiera dado la vida por ella en ese instante de haber sido necesario.
Mi amada subió las escaleras de el puente y en ese momento paso un milagro; de esos milagros que solo suceden si pasas mucho tiempo cerca de una persona. Al ella subir las escaleras, pude ver su ropa interior. pantaletas azules. Yo no pedí esto. Yo no pedí ver su ropa interior. Sé que fue sexy y todo pero no era necesario. Estuvo de más. Yo que no sabía si de verdad quería verle la cara y ahora le había visto la ropa interior. Me sentí sucio, invasor.
Un grupo de gente, músicos de alguna banda grande o más bien de una orquesta, venían también cruzando el mismo puente en sentido contrario y ella paso entre ellos a empujones. Para cuando me decidí a verle la cara definitivamente, era demasiado tarde. La perdí entre la gente y los callejones.
Desesperadamente comencé a correr buscándola entre las calles y pasillos, restaurantes lujosos y barras sencillas de la ciudad, pero no la encontré. Mi corazón latía de la emoción y fatiga y me daba miedo de repente encontrarla de frente a la vuelta de una esquina y no saber qué hacer. Quizás quedarme paralizado y no decir nada…o sonreírle.
Que hermosos esos minutos. Que emocionantes.
Y no. no la encontré. Y no. no me sentí triste... no mucho. Nuestra historia de amor era perfecta.
Esa noche no pude dormir. Solo pensaba en ella y me cuestionaba si en verdad quería conocerla. No quería desilusionarme. A lo mejor, pensaba, era mejor largarme de la ciudad de Lustra y dejar nuestra historia de amor intacta y sin manchas.
Pero por otro lado me daba mucha curiosidad. Quería a lo mejor traspasar la línea esta vez. Correr el riesgo con la expectativa de que quizás podría llevar nuestra hermosa relación un paso más allá. Si… tenía ganas de ponerme en riesgo. De poner en riesgo algo tan hermoso. Averiguar su nombre y a lo mejor enterarme que tiene novio, que le gusta matar gatitos bebes, que se yo, enterarme de cosas que es mejor no enterarme.
Por otro lado si no la veía nunca más, por lo menos sabría que la ame, me repetía.
Pero ya un dolor en mi pecho me empujaba a no quedarme así. Era esa estúpida línea. La línea que uno no debería de traspasar. La línea que siempre está un poco más allá de donde debería estar. Un poco más allá que el largo de las manos. Esa línea que uno siempre quiere atravesar para luego arrepentirse. No sabia... es decir, quería ver, no sé, su vagina. quería verla desnuda para verla vestida de piel blanca, perla monocromática con solo algunas líneas dibujadas en ella para luego desear mejor no haberla visto desnuda Para luego desear que se vistiera rápidamente para verla vestida y seguir deseando verla desnuda.
Verle los senos para luego no querer verlos, para luego querer verlos de nuevo ya que estaría muy arrepentido de habérselos visto en primera instancia. Es lo normal.
Vamos, quería hacerla mi pareja. Y al verla desnuda en la casa.
Decidí verla. Pero también decidi que si la veía y la conocía, le pediría que no me hablara. Que se quedara callada. Si no accedia, le advertiria que simplemente ignoraría todo lo que me dijera. Seamos realistas. Como están las cosas, no muchas cosas buenas saldrían de su boca y no quería desenamorarme de ella asi de fácilmente por culpa de el universo cruel.
Perfecta. Así la amaba. ¿Quien no ama a una mujer perfecta?
Pero entonces la vi de nuevo. En la misma plaza 3 días después. Esta vez estaba metida en una de las fuentes de agua jugando. Entendí que probablemente era muy joven para mí. Aquí vamos, me dije… ha comenzado el desencanto. La chica Tenía la misma ropa del otro dia y estaba mojada completamente. La minifalda a holanes estaba mal puesta, estaba enrollada en un lado y se le veían todas las nalgas. Yo no pedí eso. Definitivamente quería conocerla un poco mas. Pero esto era demasiado. Yo solo me encontraba en la plaza tomándome un café donde siempre desayuno. Su pantaleta estaba metida entre su vagina y nalgas mostrando curvas y voluptuosidades esponjosas de carne que se asomaban como queriendo escaparse. No tenía vellos púbicos. Me dieron ganas de llorar.
La chica se resbalo y me acerqué rápidamente a ayudarla a levantarse pero cuando llegué, ya se había reincorporado y se reía a carcajadas. Le vi la cara. Y sin darme cuenta, asi pase otra línea. No… Yo no quería esto, en verdad.
Era hermosa. Ojos grandes y color café claro. Me sonrió y me tendió la mano para que la ayudara a salir de la fuente. Tenía un raspón en la rodilla y la sangre le salía en rizos mezclada con el agua que la cubría. Si, era muy joven, demasiado joven para mi. Tenía los senos acabados de desarroyar. Cai en cuenta que había ya rápidamente traspasado varias líneas que yo no quería traspasar y ahora estaba más seguro de mi amor por ella. Nada de lo que había pasado hasta ahora me había desenamorado. Pensé por un momento que su juventud era un problema pero la verdad me di cuenta que no me importaba.